domingo, 28 de octubre de 2007

Octubre

Aunque os pueda parecer lo contrario, no tengo abandonado el blog tanto como a la bici, así que ya era hora de que os hiciera un poco de resumen de lo acontecido y de lo que está aconteciendo por estos lares a un servidor.
El mes se inició con otro infernal viaje en bus, se trataba de unir las ciudades de Trini y La Paz, que distan unos seis cientos kilómetros una de otra o 35 horas de bus. No salen las cuentas, no? Pues en el Beni los ríos no se cruzan sobre puentes ( bus al barco y tiro porque me toca), los caminos acumulan medio metro de polvo ( que va perfecto para ocultar los millares de baches) y los conductores hacen parada y fonda en cada pueblo que se cruza. Claro y se sube desde los 300 m. a los 4.800 m. para re-descender a la capital. Estaréis hartos de oírme quejar de esto pero en el fondo me mola, imaginarme por ahí en bici y pillar una depresión es todo uno.
La plaza Murillo, centro del gobierno Boliviano

La Paz. Esta ciudad es increíble en todos los aspectos: cultura, tradición, colorido, paisaje, mercadeo... contrastes por doquier, un trajeado ejecutivo haciendo negocios por el móbil mientras mira su reloj, modernete y aparantemente caro, para un taxi con urgencia, imagino que para una importantísima reunión ( de empresa o de adulterio) es empujado por una mujer colla cargada con un fardo que la dobla en peso repleto de fetos de llama ( sí, habéis leído bien), hierbas y remedios, ataviada con el vestido tradicional ( pollera, bombín, las dos trenzas) y con más prisa que el anterior por llegar a su puestecito en el mercado de las brujas. A ella también le aguardan los negocios.

Aquí no hay un monumento clave a visitar, una iglesia o estatua que fotografiar ( aunque hay edificios coloniales lindos, como el de la afoto), un museo famoso en el mundo entero ( aunque el museo de la coca es uno de los más instructivos que he visitado) o culaquier otra "atracción turística" pero las calles están llenas de nosotros. Y que se hace pues? pasear y observar, pararse y observar, comer y seguir observando, comentar entre guiris lo que se observó previamente sin dejar de observar y retirarse a la cama reflexionando sobre lo observado. Esta ciuda está viva de verdad, y atrapa al que mira.

Otra de las razones por lo que es tan visitada la urbe por turistas extranjeros es por su proximidad con la Cordillera Real, un espectacular pedacito de los Andes que reúne un buen puñado de impresionantes picos, enormes valles de paisajes espectaculares. Desde La Paz ( que a 3.600 m.s.m es la capital más alta del planeta) se divisa majestuoso el pico Illimani, de más de 6400 metros. En sólo un par de horas desde la ciudad se puede subir en auto hasta los 4.800 metros y bajar hasta los 1.000 en el descenso más bestia que existe en el mundo, la llamada carretera de la muerte. E incluso en menos se puede llegar al campo base del Huayna Potsí, todo un 6.000 y que es el objetivo de muchos montañeros. Así que paisagísticamente esto es un paraíso.
Vista nocturna de la ciudad desde las alturas, en vivo impresiona!

Hacia la Cordillera me dirigía cuando apareció lo que parece inevitable para un guiri en Bolivia: una descomposición estomacal de las buenas. Llegó de golpe, cuando ya tenía la mochila lista para salir al amanecer hacia las montañas. Así que ni queriendo me pude librar del sedentarismo.
Y un máster en sedentarismo me saqué en mi siguiente etapa. Cambié bici, buses, camiones y trenes por un avión y volar hasta Venezuela fue un regalo para la vista: sobrevolar el Titicaca, los andes, las tierras incas, llegar hasta el Pacífico ( enlace en Lima), volver sobre los Andes y cruzar tres horas de selva virgen hasta el mar del Caribe, uff, muy lindo!

Más bonito fue el reencuentro con mis padres que se dieron una paliza de viaje ( sin recompensa paisagística, el Atlántico es muy monótono, muy azul) para reunirse con el hijo loco que se dedica a dar vueltas por ahí. Ni que decir que las dos semanas siguientes fueron las más gratificantes del viaje en cuanto a compañía, descanso, comida...

Estuvimos tres días en Caracas, una ciudad no echa a la medida del hombre, grandes autopistas, rascacielos, mucho tránsito y uno de los índices de criminalidad más altos de por aquí, que no es poco. Incluso en el hotel nos recomendaban atender un toque de queda no oficial: a la que oscurezca mejor no salir! Así que de día recorrimos el centro con una pequeña zona colonial no demasiado atractiva bajo un calor insoportable y disfrutamos de aire fresco ( pero no de las prometidas vistas) cuando ascendimos al Pico Ávila en un moderno teleferico hasta los 2200 metros, por desgracia rodeados de niebla.

El país se encuentra inmerso en un acalorado debate sobre la reforma constituional que propone el omnipresente Hugo Chávez, el tipo más polémico de américa y que es odiado y venerado casi a partes iguales. Como en todos los países visitados hay cosas que llaman mucho la atención. Por ejemplo el precio de la gasolina, con un euro se puede llenar todo un depósito de 40 litros ( para que os hagáis una idea del saco de impuestos que nos cargan en casa. Por otro lado la política oficial de cambio de moneda fijo. Por un dólar te dan 2150 Bolívares en el mercado legal y hasta 5000 si se cambia en la calle; alucinante! Si algún día os acercais por ahí ni se os ocurra acercaros a una casa de cambios! La situación económica no es mala aunque evidentemente hay mucha pobreza, lo que pasa es que muchos empresarios ven en la figura de Chávez la alargada sombra del comunismo " a la cubana" que Hugo vende como el Socialismo del Siglo XXI.

Puesta de sol sobre el mar del Caribe

Después de la ciudad al Caribe! La isla Margarita es uno de los innumerables enclaves que la indústria turística internacional ha convertido en una especie de Disneyland de la playa, el comer y el beber. Nada más llegar al hotel ( de capital español ) te ponen la pulserita que te permite comer y beber a todas horas ( no, hombre no! que alcohol no sirven antes de las 11 de la mañana! no le dejan a uno ni desayunar en condiciones), ya estés en la piscina o en la playa.

Que os puedo explicar más? pues que nos dimos un garveo por la isla, navegación por unos excelentes manglares incluída, vimos playas hermosas y sí, durante la excursión también hubo papeo y priva!

Ver a la familia siempre es bueno después de tantos meses, además de tanto dormir en lugares distintos cada día el tener a la familia al lado da la sensación de estar en casa, aunque esta quede a 8000 km. Como siempre lo peor las despedidas pero sabiendo que habrá reencuentro se hace más llevadero.

Pasándolo mal en la piscina, observad los rostros de agotamiento...

De nuevo en La Paz, se abre un nuevo ciclo del viaje, toca ahora explorar una de las zonas más llenas de historia y misticismo, el lago Titicaca, los valles sagrados de los Incas, la Cordillera real o la antigua ciudad de Tihuanaco. De nuevo bicicleta y caminatas aunque con tanto compromiso cultural y tan poco entrenamiento ( pa que nos vamos a engañar) me lo tomaré con calma.

martes, 9 de octubre de 2007

Parabero en el Beni

Sin saber muy bien ni cómo ni porqué estaba llegando a principios de Setiembre a Trinidad (Trini pa los amigos), a enrolarme como voluntario con la World Parrot Trust para la defensa ( a muerte!) de un simpático lorito, la Paraba Barba Azul, tan simpática que algunos la quieren tener en casa y tan maja que muchos quieren sus plumas para adornarse ( aunque en apariencia poca pluma hay por aquí...) y por ello está en peligro de extinción.
Así que pasé algo más de un mes de Parabero (dícese del que trabaja con las parabas=loros grandes) en diferentes estancias de esta región conocida como el Beni; como no estube demasiado tiempo ( hay voluntarios que pasan 6 meses por ahí) no me tocó ir a la jungla, sita más al norte, sinó que me quedé en las Pampas, con unas características físcas y climáticas parecidas a las del Pantanal, con la diferencia que acá en el Beni la vegetación se agrupa en islas de palmeras que son las que sustentan casi toda la fauna, ya que en época de lluvias sólo quedan estos parches de tierra sin inundar.Típíca estancia del Beni, con su horno de piedra, su tejado de palma y sus puestas de sol

Bueno, y qué hace un ignorante en la materia como yo en un sitio como ese, os preguntaréis. La faena se trata de localizar a las parejas de Barba Azul y sus nidos ( tarea que ya estaba echa pues son unos bichos muy territoriales y apenas cambian de zona en toda su vida) y después hacer un pequeño escondite para vigilar que no entren depredadores al nido y que todo esté en "ordén". Así cada día 4 horas en un escondite mirando que no pasará nada ( nunca pasó), pues no es que sea la gran diversión; por suerte al estar escondido se pasearon delante de mis narices algunos bichos curiosos como el oso hormiguero ( versión chiquita, el grandote no lo ví), armadillos, monos aulladores ( que no veas como atronan, a grito pelao), cerdos salvajes ( taitetús les llaman acá), avestruzes ( ñandú), unos ciervecillos y unos lagartos de papada enorme, ah! y cualquier cantidad y variedad de pájaros e insectos. Haciendo amigos...este es Kiko, un loro hablador que se lo pasa pipa persiguiendo gallinas

También para amenizar me cambiaron 3 veces de estancia y así pude conocer diferentes famílias y lugares aunque los hombres de campo no son demasiado ( o nada) habladores y sus mujeres son sólo simpáticas cuando ellos no están, después todos callados! Además el calor acá es muy fuerte, cerca de 35 ºC cada día lo que "obliga" a retirarse a la hamaca todo el mediodía ( usea de 11 a 3, más o menos), balanceándose a un metro del suelo es posible pillar un poquito de brisa, que no veas lo bien que sienta. En la última estancia, Palma Sola, es donde pasé más tiempo, cerca de 2 semanas y media, las diversiones incluyeron caza( a la manera medieval) y degustación de cola de cocodrilo , partido de futbol dominical con el asado correspondiente ( aunque jugando a pleno solano a las 12 y con una agua verdosa por la vegetación y marronosa por el barro como único líquido bevible), alguna cabalgata y poco más, probar huevos silvestres de avestruz, carne de cerdo salvaje y la ya comentada cola de cocodrilo ( que por cierto está muy rica). No, los huevos de avestruz no entran suaves

En fin, una buena experiencia pero quizás un poco extensa, al final tanto sedentarismo aburre, aparte al estar en un lugar tan aislado ( a 9 horas de coche de Trini) hace que no haya variedad en el papeo ( arroz y carne seca cada día en todas las comidas), pero bueno, no hay queja.
Después del Agosto pasado en Paraguay, el setiembre en el Beni y el Octubre que me voy a pegar entre La Paz y el Caribe Venezolano ( reunión familiar obliga) ya casi ni me acordaré de andar en bici, de ahí el cambio de título.