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jueves, 21 de febrero de 2008

Colombia II parte: Neiva- San Agustín

Tras sacar un montón de fotos en el desierto de la Tatacoa el destino era Neiva, dónde me iba a recibir Julio, hermano de Elcira amiga y compañera en Barcelona; contacto con Julio cuando estoy a unos 20 km. de la ciudad y me dice que el tiene una reunión en una hora; o me apuro o no llego así que toca pedalear tan fuerte como pueda.

Llegar, llego a tiempo pero tras las presentaciones me doy cuenta que me falta una de las alforjas. Pánico! Ahí llevaba la tienda de acampar, la cocinita con todos los útiles para cocinar, un cuaderno de viajes y uno de mis dos jerséis, vaya casi ¼ parte de mis cosas. Repaso mentalmente la etapa y tengo claro que en el punto desde el que llamé tenía todo en orden; en esos 20 km. de asfalto sin baches se me debió caer la bolsa de la bici y ni me enteré, algo realmente extraño por el peso de la bolsa y el ruido que debería hacer tamaño bulto al impactar con el suelo. Tras la desesperación inicial me doy cuenta que no hay nada que hacer, lo perdido, perdido está. Aún así regreso al día siguiente sobre mis pasos preguntando a la gente sobre una bolsa negra con útiles de camping; nada.


Saliendo de la Tatacoa, todavía con todo el equipaje...


Con el sabio consejo de Francisco llamó a las radios locales, los taxistas y las gentes de los puestecitos a pie de carrtera siempre están en sintonía radiofónica y quizás su solidaridad me eche un cable. Yo quiero poner el aviso sobre mi bolsa..perdida ......Julio, mi anfitrión en Neiva..................pero los de la radio aprovechan para hacerme una entrevista; como es eso de viajar en bici – preguntan. Gratificante pero duro, más ahora sin las cosas que perdí a la entrada de Neiva por la carretera desde Torrecillas; ya y que te parece Colombia amigo viajero. Los paisajes muy lindos y la gente muy acogedora, espero que con su amabilidad y solidaridad me ayuden a encontrar mi bolsa, que perdí en la entrada a Neiva por la carretera de Torrecillas; y así os podéis imaginar, a cada pregunta yo metía. cucharada en el tema de mi bolsa perdida pero nada, no hubo suerte y al que le cayó en las manos mi material no parece gustarle la radio o parece que le gustaron los regalos.

Tras pasar un día con Julio y su familia y amigos ( que me trataron de lujo) de comida en comida, paseando por la orilla del Magdalena y conociendo algo de las historias de la Gaitana, salgo de nuevo a la ruta con mi capacidad de autosuficiencia bastante mermada: no puedo cocinar y si se pone a llover no tengo techo; tocará estos días buscar un hostalito y parar a comer en la carretera algo más consistente que las galletas que llenan una de mis alforjas.
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El río Magdalena en su camino hacia el Caribe


Tras recorrer más de 600 km. en una semana llego a Pitalito agotado, medio muerto por mi falta de costumbre ciclista y un pequeño virus con su fiebrecilla y sus dolores óseos me atrapa tres días en cama, descanso obligado antes de llegar al parque arqueológico de San Agustín.
El valle donde se asienta San Agustín es el más turísitco del Sud de Colombia, vaya el único lugar donde encontrar otros "gringos" paseando, y no son pocos. La razón no son únicamente los bellos paisajes y el calor humano de los colombianos, aquí se asentó una civilización antiguísima, los Sanagustinianos, tan vieja que su nombre es un sinsentido, no existían santos por aquella época, al menos no Vaticano que los hiciera públicos y oficiales.

De estos tipos poco se sabe ( vaya, como siempre), al parecer vivieron aquí desde el S. XIII a.c. y su mayor legado va estrechamente ligado a la muerte: los muertos eran enterrados a unos 5 metros de profundidad y sobre ellos hacían un montículo de tierra bien alto; el recinto era decorado con distintas estatuas, de las más interesantes que se pueden encontrar en América latina, que representan escenas de la vida cotidiana. El parque está bien cuidado aunque falta un poco de explicación. Se puede averiguar más aquí.


Pero no sólo se visita el Parque arqueológico que incluye un pequeño museo y tres montículos, todo regado con un sinfín de estatuas. También se pueden visitar otros centros arqueológicos como el de Obando, con más tumbas o llegar hasta Isnos dónde hay más estatuas.


También se puede acceder al nacimiento del río Magdalena, el más largo del país, al que ví nacer por estos lares y al que, si todo va bien, veré desembocar en el mar del Caribe; pero para eso Mujer en parto....... quedan muchos kilómetros de viaje...





"Escenas cotidianas": un pájaro comiendo culebras, el guapo del pueblo y la versión lítica del Kamasutra

El río Magdalena cerca de su nacimiento, en el valle de su estrecho

Para acabar con esta primera etapa en Colombia tomé un bus ( ejem...), primero porque me habían dicho que la ruta destapada era considerada zona roja ( aunque parece bastante segura), segundo porque quería encontrarme con unos amigos en Quito y al ser una carretera de ida y vuelta ( volveré por mis trazas después) pues bajo un trozo en bus, otro en bici, subo un trozo en bici y otro en bus. Total que ya estoy en el Ecuador