martes, 22 de abril de 2008
Bajo el Caribe
Si hubiera o hubiese alguien que se preguntara porque diablos no actualizo el maldito blog ahí tiene la respuesta; llegué por fin al Caribe y me metí de lleno en él, objetivo cumplido!
lunes, 31 de marzo de 2008
Pedaleando Colombia: de Ipiales a Popayán
En Pasto me espraban Ana y Felipe con quienes había compartido risas, caminatas y visitas en Cusco y Quito ( ah! y un montón de comilonas, claro...) y Carlos y su familia, otra de las ya famosas casas de ciclistas. Tras unas horas de Panamericana y una buena subida ( de esas de 30 km., de las que hacen afición) llego a este oasis del descanso ciclístico que es la casa de Carlos.
Y es que el man no sólo nos brindó posada a nosotros y a otros ciclistas que por ahí pasaron, se está arreglando el garage para que los ciclistas tengamos habitación propia, con neverita y todo, un lujo de trato el suyo y el de su esposa e hijas.
Con Ana y Felipe paseamos por Pasto y probamos todos los manjares probables antes de ir a visitar la laguna de la Cocha, un lugar de esos con algo especial.
Una de las particularidades de la Cocha ( también conocida como Laguna Guámez) es la pequeña isla de la Corota, tan pequeña que es una ( siemre se dice que la más...) de las menores reservas mundiales de la Biosfera, en lo práctico un islote chiquito que se recorre en diez minutos cargado de flora ( con algunos árboles endémicos) situado en un lugar de ensueño. Un paseo muy bonito y muy recomendable, sobretodo si se remata con alguna de las delicias que se venden en el puerto.
martes, 18 de marzo de 2008
Desde Quito, vuelta a Colombia
Para tal empeño tomé la carretera que pasa por Cayambe dónde el señor Cristóbal Cobos, astrónomo, ha tenido a bien disponer a todos con un monumento representativo de lo que es la linea divisoria de hemisferios, de nombre Quitsato.
El lugar está bien interesante, es una representación ( más o menos a escala) de lo que viene a ser el planeta tierra, con el ecuador en el centro ( claro) y con las lineas de los trópicos y de los círculos polares echas con piedras blancas, así el monumento puede ser apreciado y comprendido desde el aire; sobre la linea del Ecuador se pueden hacer las típicas bromas del ahora hemisferio norte, ahora hemisferio sur ( de esas que Homer podría repetir un millón de veces) o perfomances más artísticas como la sugerida de un tipo comiendo en el hemisferio norte al tiempo que "caga" sobre el sur ( sugerida por mi pero todavía no interpretada, que yo sepa...).
La representación ( la de las lineas y piedras, no la otra) es un calendario solar que indica equinoccios y solsticios, y en el pirulo este naranja que podéis apreciar en la foto hay un espejo que recibe la luz solar sólo durante dos segundos al año, un segundo en cada equinoccio cuando el sol pasa totalmente perpendicular a la tierra y a una velocidad de 1.700 km/h ( no hará falta decir que lo que gira no es el Sol, no?), notar por ejemplo que, a Catalunya, en el equinocio la sombra del sol se mueve a "sólo" 900 km/h y la velocidad teórica en los polos es cero.
Por eso es que aquí la noche "cae a plomo" y del: "uhm, empieza la puesta de sol" al " ya no se ve un carajo" no pasa demasiado tiempo ( nota para el que vaya por ahí con una bici y no se decida a acampar acá o allá...).
A mi que lo que me cuesta es levantarme y seguramente por eso me perdí un encuentro bien interesante, resulta que Mr. Heinz Stucke andaba por estos lares; qué quien es ese? pues ni más ni menos que el gurú en esto de los viajes en bicicleta, vaya que el hombre a sus 68 años lleva 46 dando vueltas al mundo en bici, mis amigos Ana y Felipe sí lo encontraron y es todo un personaje; otra vez será.
Así entré de nuevo en Colombia, ahora para quedarme más ratito, recorrer su carretera Panamericana de Sur a Norte ( aunque después se cambian planes, claro) y llegar al mar del Caribe, que suena muy bien...
Frontera cerca de Ipiales
viernes, 22 de febrero de 2008
Ecuador: en la mitad del mundo
A punto de cruzar la frontera Colombia-Ecuador, pinché en zona de nadie...
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Con tanta humedad el paisaje es totalmente verde, se suceden lagunas y campos de cultivo multicolores, todo bordado por la vista nublada de los volcanes, que debe ser precioso en verano. A diferencia de los otros países andinos, el Ecuador, el ecuatoriano, es limpio, tranquilo, sin bullicios, ordenado, pacífico; si hubiera seguido una ruta lógica este país hubiera servido de transición natural desde el Perú a Colombia.
Tras cruzar con la bici el Ecuador terrestre sin ni enterarme ( no, la línea no está pintada sobre la tierra}entro a Quito desde el norte, la verdad una de las entradas a ciudad más tranquila del viaje a pesar de los sudores y las cuestas. Voy a alojarme en la casa de Crisa, con sus hijos Cami y Anaiti, otra casa de ciclistas y van... como siempre la atención es de lujo y es mucho más fácil llegar que marcharse.
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Cami, Anaiti y un servidor
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Además Quito va a ser lugar de reencuentros; en primer lugar y tras más de seis meses sin verles el pelo me reúno con Yves y Gaël, los SiOnJouait, con quien había pedaleado en Argentina, norte de Chile y Bolivia aparte de compartir con ellos pantuagrélicos banquetes y muchas risas; con ellos conocí a Virginia, otra loca viajando en bici por estas tierras.
La expedición "ciclistas sin bici" nos acercamos a la mitad del mundo, a la línea ecuatorial sitio de un museo interesante. Sobre el ecuador nos hacen algunas demostraciones, por ejemplo es posible parar un huevo sobre un clavo, algo que nunca me había entretenido a probar en ninguno de los dos hemisferios pero que al parecer es imposible; también nos hicieron la demostración de cómo gira el agua del water: en el norte en sentido de las agujas del reloj, al sur hacia la izquierda. Y sí, claro, sobre el Ecuador el agua baja del tirón, sin girar a ningún lado.
Virgínia, Cristina, Gaël, chó e Iván; a nuestros pies, la mitad del mundo
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Tras una cena de despedida los SiOnJouait volaron hacia Europa tras año y medio rodando por acá, Virginia se fue a Buenos Aires buscando la Paagonia y Crisa y yo fuimos para Baños, ciudad turística algo más al sur dónde Crisa tiene una casita espectacular; allá encuentro a Anna, una catalana que lleva 8 años viajando con Pablo por el mundo, un gusto poder hablar algo de català tan lejos de casa. Con Crisa hicimos la ruta de las cascadas, precioso descenso hacia la cuenca amazónica, rodeados de verde y de agua, aunque después tocó subir, claro!
Una de las innumerables cascadas de la ruta Baños- Río Negro
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De nuevo en Quito, nuevo encuentro con Philippe y Anna, dos ciclistas dando la vuelta al mundo, con ellos había compartido las navidades en Cusco. Unas birras, algo de comer y la visita al museo de Guayasamín, uno de los mejores que nunca he visto, un compendio del sufrimiento del pueblo americano plasmado magistralmente por el pintor Quiteño.
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Las torres de la basílica desde la cubierta de la nave principal
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También nos dimos unos garbeos por el centro colonial, Patrimonio de la humanidad y según cuentan las crónicas la ciudad colonial más antigua de américa; las callejuelas empinadas y las bellas fachadas son bien típicas aunque la palma se la lleva la basílica moderna, es posible pasearse por todo su interior, incluso subir a las torres por empinadas y muy poco seguras escaleras, buenas vistas y con restaurante incluído, la fe encontró otro negocio...
Las empinadas calles Quiteñas
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Con pocas ganas de marchar, estoy sacando la bici de casa cuando en la radio anuncian un buen concierto para esta noche, no problem! Se cierra la puerta, conmigo dentro claro, a Crisa y su familia parece no importarle que me quede una noche más y yo, que llevo un mono encima de música en directo que ni te cuento, la mar de contento.
jueves, 21 de febrero de 2008
Colombia II parte: Neiva- San Agustín
Llegar, llego a tiempo pero tras las presentaciones me doy cuenta que me falta una de las alforjas. Pánico! Ahí llevaba la tienda de acampar, la cocinita con todos los útiles para cocinar, un cuaderno de viajes y uno de mis dos jerséis, vaya casi ¼ parte de mis cosas. Repaso mentalmente la etapa y tengo claro que en el punto desde el que llamé tenía todo en orden; en esos 20 km. de asfalto sin baches se me debió caer la bolsa de la bici y ni me enteré, algo realmente extraño por el peso de la bolsa y el ruido que debería hacer tamaño bulto al impactar con el suelo. Tras la desesperación inicial me doy cuenta que no hay nada que hacer, lo perdido, perdido está. Aún así regreso al día siguiente sobre mis pasos preguntando a la gente sobre una bolsa negra con útiles de camping; nada.
"Escenas cotidianas": un pájaro comiendo culebras, el guapo del pueblo y la versión lítica del Kamasutra
El río Magdalena cerca de su nacimiento, en el valle de su estrecho
Para acabar con esta primera etapa en Colombia tomé un bus ( ejem...), primero porque me habían dicho que la ruta destapada era considerada zona roja ( aunque parece bastante segura), segundo porque quería encontrarme con unos amigos en Quito y al ser una carretera de ida y vuelta ( volveré por mis trazas después) pues bajo un trozo en bus, otro en bici, subo un trozo en bici y otro en bus. Total que ya estoy en el Ecuador
sábado, 2 de febrero de 2008
Pedaleando Colombia: de Bogotá al desierto de la Tatacoa
Tras una última visita turística a la impresionante Catedral de Sal de Zipaquirá ( excavada a 180 metros bajo tierra y con tres naves inmensas, todo de sal) tocaba salir a las calles, no en vano había escogido el domingo para salir de la gran ciudad.
Domingo es sinónimo de bici en Bogotá, así que de nuevo disfruté de esta experiencia maravillosa que es la cicloruta popular bogotana, está vez con la burra bien cargada, lo que no deja de llamar la atención del otro millón largo de ciclistas que deambulaban por ahí. Con la magnífica escolta de Francisco y algunos ciclistas del lugar, nuevos amigos, llegamos a la salida de la ciudad, de nuevo la carretera, de nuevo la libertad del viaje en bici.
Francisco me acompañó unos quilómetros más y sólo faltó segundo y medio tras nuestra despedida para que los colombianos me empezaran a demostrar lo fácil que puede ser viajar por este país; sin haber arrancado tras el abrazo con Francisco y mientras este se perdía tras una curva, para un auto a mi lado y tras el questionario de rigor me invita a visitar su finca en el centro del país, tardaré en visitarlo pero ya me ha cargado las pilas de forma muy positiva para empezar.
Un ratito después un coche se para en el arcén y me regala unas naranjas, subo la primera tachuela y no veas cómo noto la falta de costumbre ciclista, avanzo como un caracol. El descenso es espectacular, desde los 3000 metros debo descender a prácticamente 0, estoy sólo a 5° norte del Ecuador y la vegetación se vuelve bien selvática a medida que desciendo; el calorcito, que al principio me parece rico, será mi infatigable acompañante y mi mayor tortura en los días venideros. Llegando a mi primer destino, Fusagasugá, aparece otro ángel de la guardia, Jairo, salió a entrenar este domingo y tras un poco de conversa me encuentro en su casa, la hospitalidad de esta gente es increíble!
En los días venideros se va repitiendo la historia, gente amable que me invita a tomar un zumito, a morder unas frutas o simplemente me animan desde los coches. El sol es totalmente inclemente y la temperatura no baja de los 30°, junto a mi falta de forma física me deja destrozado día a día. Al llegar al pequeño pueblo de Velú la hospitalidad ralla lo surreal; tras encontrar a Germán en la ruta y pegarme una cena de infarto preparada por su mujer, nos dirijimos a "dar una vuelta" por el pueblo, y acabamos tomando unas birras nosécuantos y todos haciéndome preguntas; por la mañana procesión de casa en casa para tomar café, seguir charlando y despedirme de todos. Un pueblo lindo , con una gente increíblemente amable, os invitan a los que queráis a sus fiestas del 20 de Julio; queda dicho.
martes, 22 de enero de 2008
Bogotá
La catedral, con Montserrate en la montañita a la izquierda
Digo que debe ser porque de momento sólo conocí la parte buena, y que así siga. Tras conseguir asiento en una avioneta a hélices, sobre volé la selva colombiana con destino a la capital, Bogotá. Una megápolis de cerca de 8 millones de habitantes, con todo lo bueno y malo que comporta estar en una gran ciudad ( séptima capital de mi periplo) pero con algunos detalles ( de los buenos) que le dan un aire distinguido.
Para un ciclista ( ejem...) en tránsito, no hay mayor alegría que llegar a casa de un amigo, aunque ni siquiera se conozcan y a priori sólo compartan la afición a los viajes en bici; es así como Francisco me acoge en su casa y se convierte en mi guía Bogotano, aún y ser chileno...
No sólo se bebe café en Colombia...con Alejo, Francisco y Adriana
Todo un placer poder disfrutar de una cocina y de un supermercado bien surtido cerca de casa, se acabó por unos días la dieta de arroz blanco que tanto aborrecí en Bolivia y Perú, hora de preparar algunos manjares, deleitarse con unos quesos azules ( cúanto hacía que no comía eso?), unos buenos trozos de carne y probar las deliciosas arepas, especialidad local.
El mercado de las pulgas se expande por doquier sobre las calles
Y el domingo no es sólo para los ciclistas, hay lugar para todos; fascinante el mercado de las pulgas, un mercadillo popular y callejero dónde uno puede encontrar unas combinaciones espectaculares, un mismo tipo vende Ipod´s, vinilos y Walkmans pero su negocio no es sólo musical, tiene alguna plancha, algo de ropa vieja y un sinfín de cosas que uno no puede identificar. Muy interesante y divertido.
Otro ejemplo de la arquitectura colonial bogotana
En fin , me queda una grata impresión de la ciudad y de sus gentes, preparado ya para partir a conocer los rincones de esta Colombia que anhelaba y que ya empiezo a conocer y estimar.
Aprovechar este espacio para agradecer a todos los que hicieron mi estancia en Bogotá tan agradable: Adriana, Alejo, Jose Luis, Miguel, Rodolfo, Esmeralda y en especail a mi anfitrión y amigo Francisco, suerte en la ruta y hasta pronto!
jueves, 17 de enero de 2008
Rostros del Peru
Messier Paris Golott, Chileno po
El Sr. Martínez Soria de paseo por Cusco
Rostro curtido por el frío y el Sol altiplánico, Cusco
Adeline, Mama Noel, en la plaza de Cusco. 25 de Desembre fum, fum, fum
Los niños en muchos casos son mas despiertos que las mamitas...
Difícil encontrar una mujer sin sombrero, de todos los colores y formas