viernes, 9 de febrero de 2007

El apetito ciclista

Ecológicamente, uno puede congratularse de no usar ningún tipo de combustible andando en bicicleta. Aunque no es del todo cierto y mi combustible diario consiste en opíparas cantidades de comida, papeo, jalo, teca, manduca... llámalo como quieras, pero que engorde!
Día a día estoy ingiriendo alrededor de 7.000 kcal. y sí, perdí por el camino algo de peso....
Un desayuno tipo incluye una ollita individual de cereales, leche ( sí mamá, ahora tomo leche!), pasas, plátano y manzana o pera o melocotón ( y si estoy en ciudad o población, uno de cada!). Las bolsas de cereales son para 10 desayunos pero a mi me duran 3, no sé porqué. Me suelo meter también en el buche un par de trozos de Plum cake acompañado de mermelada o dulce de leche, paquete entero de galletas, un té calentito y algo de chocolate.
Pedaleando no queda más remedio que parar a zampar cada hora y media más o menos. Lo fácil y con gran aporte de nutrientes son más paquetes de galletas ( consumo una media de 3 paquetes de galletas diarios),chocolatinas, frutos secos o un producto local, el mantecol que es una especie de turron de cacahuetes que aporta la escalofriante cifra de 1.000 kcal. cada 180 gramos. Si la ruta es pueblo-pueblo no faltan las frutas y en un buen día caen fácil tres plátanos y un par de manzanas.
La parada para el almuerzo principal es fundamental. Tras muchos estudios de campo creo haber encontrado el sandwich hipocalórico ideal que incluye: pantomaquet, un advocado untadito sobre el tomate, paté sobre el advocado, ingentes cantidades de queso con toquecito de miel y un puñado generoso de frutos secos. Si el calor no aprieta demasiado y llevo bote de mayonesa encima, es muy agradable darle un baño al bocata. Reconozco que tras engullir dos de estos no queda mucho espacio para el postre aunque el esfuerzo se hace a veces.
Por la tarde toca más pedalear y por lo tanto más masticar: otra ración de fruta, fruta seca, algún paquetito más de galletas y un poquito de chocolate.
Poco porque se acerca la hora de parar que, sí amigos, es sinónimo de más comida. Para cenar la cosa se pone seria, es momento de sacar la cocinilla a gas y ponerse manos a la masa. Lo habitual es hacer pasta ( 250 gr./persona) y quizás en los últimos 30 días comí espaguettis o sucedáneo más de una veintena; si llevo encima se le añaden cuantos vegetales posea, salsa de tomate hasta casi desbordar la olla y se remata la faena con muuuuucho queso. Perdón, el remate final son los postres y es que a quién le amarga un dulce antes de acostarse?
Otro día os cuento las comilonas "fuera de carretera", especialidades en restaurants, panaderías, chocolaterías...

1 comentario:

Unknown dijo...

Uhh me encanta ese relato calorico! Estoy próxima a terminar nutrición y dietética (solo dos meses) y adivina que? Luego cojo la bici y me voy. Además de todo lo que incluye el viaje por sur américa en bici iré haciendo un recorrido de comidas folcloricas, esas no de las guías de turismo, sino de lo que come la gente del común en sus casas.

Un fuerte abrazo cargado de mucha energía para pedaliar!