viernes, 12 de enero de 2007

Villa O´Higgins, fin de la Carretera Austral

Ya estoy en Villa O´Higgins, fin de la carretera austral, fin de la primera etapa patagónica del viaje. Casi un mes me tomó recorrer los mil doscientos y pocos quilómetros , tuve mis primeras incidencias mecánicas ( un par de pinchazos, radios rotos, cadena oxidada por la lluvia...), un par de caídas sin secuelas...
Tres semanas de lluvia y diez días más o menos soleados, suficiente para empezar a acampar casi a diario, a coger el verdadero ritmo del viaje que incluye entre 5 y 7 horas de bici, 5 comidas ( desayuno, desayuno 2, comida, merienda y cena), búsqueda del lugar para acampar, montar campamento, cocinar... No todo es soledad, andan muchos ciclistas y en los pueblos siempre se encuentran viajeros y lugareños con quien conversar.
Una vez conocida la famosa Carretera, uno no le daría el título de camino vecinal, no es que haya baches es que toda ella es un hueco, es imposible encontrar tres quilómetros planos consecutivos en todo el recorrido y sus poco más de 100 km. de asfalto son sólo una anécdota ante las toneladas de tierra, barro, arena y piedras. Es complicada pero los apabullantes paisajes que enmarcan cada recta son fabulosos y seguro superados por los que aguardan tras la siguiente curva, uno con el tiempo es capaz de pasar ante una cascada de 100m. de caída y arquear un poco la ceja nada más, acostumbrado a ver estos espectáculos acuáticos.
Un buen final siempre tiene relación con su principio y tras casi 700km. alejado del mar ( aunque las dimensiones del lago Gral. Carrera no dejen sitio a la nostalgia marina) los últimos 100 corren cerca de los fiordos, uno reencuentra los bosques húmedos, los picos nevados a orillas del océano y, si no fuera por el curtimiento que uno ya nota en las piernas, podría pensar que todavía estoy ( o que vuelvo a estar) en el Chaitén.
Tendría muchas cosas que explicaros ( relaciones Chile-otros países sudamericanos - daría para unas cuantas entradas, mis relaciones con los insectos patagones y en especial con los tábanos, noches de fin de año en un agujero temporal, monte su propio negocio en la Patagonia sin ni un duro etc, etc, etc) pero por desgracia o por suerte en estos últimos pueblos no había más acceso a Internet que la media hora gratuita que ofrece la biblioteca.
Ahora me espera un divertido cruce de frontera hacia Argentina ( barco, sendero no apto para bici con visita al glaciar O´Higgins, camino con bici, camino sin bici de nuevo, barco y llegada al Chaltén), las desafiantes cumbres del macizo Fitz Roy y los más desafiantes todavía vientos de la estepa patagónica.

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