martes, 15 de mayo de 2007

Cumple en la 40


( la primera foto es de otro día, también la 40)


Son las 4 de la madrugada y un fuerte viento azota la tienda; me despierto y debo salir "al baño", maldita bufeta! Es ya oficialmente mi cumpleaños aunque ni me acuerdo en ese momento, el espectáculo celestial es de tal magnitud que impide pensar o recordar algo. Imagino que la mayoría sóis ajenos a estas questiones ( como lo era yo por esos lares), pero ahora estamos en luna nueva, o sea no hay luna y estando en zona semi-desértica 100% despejada de nubes hace que la visión sea colosal; lástima no poder compartir estos cielos de leyenda con ustedes, la constelación del sur es distinta a la que pueden contemplar por allá.
Amanece y ahora sí, recuerdo que es mi cumpleaños y me auto felicito, he acampado en una suerte de oasis, que sirvió de abrevadero toda la noche a diferentes vacas, burros y caballos, una noche entretenida, sí.
Estoy al pie de la Ruta 40, la más larga del mundo y que recorre la espina dorsal de Argenitna de norte a sud, carretera mítica donde las haya y que ya había transitado en mi periplo patagónico y que llevo siguiendo de nuevo desde hace una semana. El tramo en que me encuentro es infernal, una sucesión inacabable de hoyos, rocas ( no piedras, rocas), cruzes de río ( sin puente, claro) que me hace avanzar a una velocidad penosa. Ayer en 5 horas recorrí 48 km. y uno no sabe, porque nadie sabe exactamente, cuando reencontraré el asfalto.
Salgo a la ruta con una sonrisa y dispuesto a seguir mordiendo polvo, aunque contra todo pronóstico la pista está peor que el tramo de ayer. Fuera sonrisa. La sensación es algo fustrante, tengo fueza para ir mucho más rápido pero se ha de preservar la mecánica; mi trasero, que no había dado señales de vida en los últimos 6.000 km, se empieza a cansar de tanto botecito. Segunda hora de esfuerzo y unos ridículos 11 km. recorridos, si no fuera cargado como una mula avanzaría más deprisa a pie. Por si fuera poco el viento es incesante y, evidentemente, de frente.
La idea de parar un auto y pedirle auxilio ronda por la cabeza, quiero llegar a alguna población para poder llamar a la família, leer las felicitaciones de los amigos y comerme un buen bistec, claro está. No sería justo para mi viaje que me rindiera ahora, aunque a decir verdad tampoco pasa nadie por ahí, dos autos en toda la mañana, o sea que toca seguir pedaleando.
Tres horas ya y parece que al acabar la subidita voy a cambiar de valle, así, de golpe, aparece el asfalto. Grito de alegría, he tardado 8 horas en recorrer 70 km. y ahora con el asfalto todo será más rápido, un cartel indica que la ciudad de Santa María está a 62 km., son cerca de las dos y media y todo indica que llegaré sin problemas.
Dos horas y pico más tarde no he avanzado más de 30 km., al cambiar de valle el viento se hizo más fuerte, son cerca de las cinco y restan unos 35 km, al ritmo que voy son otras dos horas y se hace de noche a las seis y media. Cumpleaños en la ruta segurísimo. Además no tengo mucha agua y según el cartelito queda un buen trecho hasta la próxima aldea. No pierdo la esperanza pues la ruta es siempre impredecible y siempre hay que estar preparado, para lo bueno o para lo malo.
Viene lo malo, una empinada subida se me presenta enfrente, despacito, empiezo a estar cansado y con la moral cada vez más por los suelos; última curva en ascenso, la cima de la loma y llega la buena notícia: ante mis ojos se abre un nuevo valle, diviso no sólo la ciudad de destino sino una serie de pueblitos copados de árboles, o sea sin viento, y la tendencia de la ruta es bajada. Son las cinco y cuarto, 32 km por delante.
Llevo casi seis horas pedaleando pero de no se sabe donde sale un saco de fuerzas que parece sin fondo, un sonriente niño llena mi botella en el primer pueblito, un caramelito de premio y a pedalear. Voy a mil por hora, en los villorios adelanto bicis, motos e incluso coches, los bachecitos los sobrevuelo sin pensar en mi pobre bici, en realidad no pienso en nada que no sea llegar. Y llego, claro que sí, han sido exactamente 6 horas y 45 minutos de esfuerzo y me siento más feliz que cansado.
En el cámping voy directo a la ducha, me miro al espejo para ver cómo sienta tener ya 28 tacos ( sí, sí, 28!!!) y me llevo un susto de impresión: nunca había envejecido tanto en unos días!!! Mi rostro está cubierto por una espesa capa de polvo y mi ya enorme barba parece la de papa noel, el fuerte sol me ha puesto más que moreno, indígena, cómo es posible que con esta pinta me salude con una sonrisa todo el mundo????
Tras la ducha estoy "más normal" y contento, mucho más cuando hablo con la família ( esperando que te pongas bien, Jose Mari) y muchísimo más cuando leo la cantidad de felicitaciones que llegaron al mail; muchas gracias a todos, así es facilísimo pasar un cumple lejos de todos, un cumple de los duros con final feliz, un cumple que no creo que olvide fácilmente, un cumple en la Ruta 40.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jaime , felicitats nen!!! un cumple atípic eh? segueixes pedalejant i escrivint.ánims!!!
albertgats

Christian dijo...

Nano!!! Felicitats ... Això dels cumples ja se sap...Disculpa la demora de les felicitats...
Que vagi molt bé ... Ánims!
Christian.