viernes, 4 de mayo de 2007

De San Juan hacia La Rioja ( Argentina!)


Sólo hace una semana que dejé la gran ciudad pero un buen número de cosas han ocurrido y un montón de paisajes se han paseado frente mis ojos. Ah bueno, y pedaleé más de 500 km., que también hago los deberes!

Mi incursión al norte argentino me ha brindado la oportunidad de ver otra cara del país, lejos de la turística y desolada Patagonia o de la bulliciosa capital. Por aquí hay una diferencia brutal entre el mundo rural y el urbano, apenas separados por unos centenares de metros; unos viven en el siglo XXI, para bien o para mal, los otros parecen anclados en el pasado viviendo en casas de adobe , con las gallinas correteando por el patio y con la juventud lejos , muy lejos; se fueron a buscar el progeso y la plata y en el empeño abandonaron tierra y familia.
El clima es extremadamente seco (aunque yo traje un día de lluvia) y este conjunto me recuerda mucho a Marruecos, aunque sin niños. Lo que se conoce como desierto de San Juan lo recorrí en tres agotadoras jornadas , yo sudando como un cerdo y buscando agua como Barney unas Duff, los norteños con jersey y maldiciendo los "helados" 30º, lo que hay que ver.
Por aquí, hace ya unos añitos, una tal Sra. Correa andaba por estos desiertos con su hijo en brazos, con tan mala pata que se olvidó el agua y claro, la pobre murió de sed pero no así su hijo que sobrevivió tomando el pecho. Ese fue el primer milagro de la difunta Correa. Hoy en día se levanta en el lugar de su fallcimiento un verdadero mausoleo, ríete de Lourdes, donde los fieles depositan, como no, cientos de miles de botellas de agua ( un poco tarde...). El trajín es increíble con peregrinos venidos de todo el país, miles de personas devotas de la difunta presentando sus respetos y claro está, algún turista sobre ruedas flipando ante tal despliege ( y aprovechando para llenar la carmañola, que ahí el agua sobra).
Y si son devotos de la milagrosa difunt no lo son menos en lo estrictamente religioso: en algún pueblo dan la misa por potentes altavoces y pregarias a todas horas a un volumen divino, para que las sufridos feligreses puedan atender sus obligaciones religiosas mientras están en más mundanas tareas.
En otro orden de cosas, la foto es del Parque Nacional de las Quijadas, un alucinante conjunto de formaciones geológicas rojizas y cactus por doquier, lo que ya no quedan son los dinosauros que al parecer solían darse unos garbeos por la zona. Una pena, llegué tarde; no así para contemplar la magnífica puesta de sol y el impresionante cielo nocurno, no en vano es más fácil encontrar a Bin Laden tomando mate por la zona ( será por mi barba?) que divisar una nube en el impoluto cielo norteño.
Dispuesto a visitar el Valle de la Luna precisamente en luna llena, me despido.

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